Implementar la responsabilidad social empresarial, el diálogo necesario entre empresa y grupos de interés
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ya forma parte de los objetivos esenciales de muchas empresas. La apuesta de futuro es mejorar la calidad de las relaciones entre empresas y sectores sociales y este es el objetivo de la II Jornada Implementar la RSE que organizan la empresa de economía social ‘Apuntes’ y la Cátedra de Economía Solidaria de la Universidad Abat Oliva CEU. ‘Del diálogo a la co-creación con los grupos de interés social’ es el título que engloba varias mesas redondas con experiencias de éxito este martes, 25 de octubre, en el Aula Magna del Abad Oliva. El Social.cat es mediapartner de la iniciativa.
Aprovechando la segunda edición de estas jornadas, el Social.cat ha hablado con el gerente de Apuntes, Julio Castillo, y la directora de la Cátedra Economía Solidaria de la CEU UAO, Carmen Parra, para reflexionar precisamente sobre la responsabilidad social de las empresas, el modelo de economía solidaria, la importancia de la comunicación y el buen entendimiento con los partners y, sobre todo, la necesidad de incorporar la parte social no sólo como beneficio sino como forma de ser y hacer.
“Tenemos la voluntad de visibilizar las empresas que hacen un buen trabajo”, dice el gerente de Apuntes, Julio Castillo sobre la Jornada. Según Castillo, la clave para identificar los grupos sociales que pueden interesar a la empresa es valorar aquellos puntos coincidentes entre las dos organizaciones. Por ello, “hay que conocer cuáles son los objetivos que la empresa quiere desarrollar y qué vínculos quiere crear”, explica y propone hacer partícipes ambos “del proceso productivo con valores sociales que gesten”.
La cooperación para lograr un objetivo común, donde cada parte aporte cosas nuevas hará que, de un diálogo, se pase a la co-creación que reivindica el título de la jornada. Castillo confirma que la propuesta no es nueva ni de futuro, que “ya hay muchas entidades que lo han hecho pero no le han metido este nombre”. Ahora bien, hay muchas otras, dice el gerente de Apuntes, que aún no tienen muy claro cómo trabajar esta interrelación. “Hay que ayudarles a identificar sus necesidades y cooperar para lograr objetivos comunes”. Como ejemplos, Castillo habla de los casos de Ikea, Gimnasios Claror o M4Social, que son precisamente las empresas que se dan cita en la jornada.
Julio Castillo tira tres recomendaciones a empresas que se quieran apuntar a la co-creación sostenible. La primera, “no tener miedo, ser valiente” y entender que “la parte económica de la empresa no puede desligarse de la parte social”. La segunda recomendación se refiere a la necesidad de tener iniciativa para plantear nuevas cosas, “no replicar, buscar alternativas que se adapten a sus propias necesidades”. Finalmente, Castillo aconseja desarrollar la capacidad de trasladar esta forma de funcionar “a la sociedad”, “enseñar lo que hacemos y porque lo hacemos y ser un ejemplo para otras empresas”.
Hace 11 años que la Universidad Abad Oliva apostó por crear la cátedra que ahora dirige Carmen Parra. Según ella misma, “España ya era un referente en esta tipo de economía” pero la evolución que vivido este mercado es que “primero hacía mucha referencia al mundo cooperativo y con los años se ha añadido también el mundo de la exclusión y la discapacidad “. Se ha avanzado mucho, legislativamente y también en el mundo empresarial: “cada vez más empresas se dan cuenta que hay que colaborar con entidades sociales para hacer su trabajo”, dice Parra.
La economía solidaria tiene todavía algunos handicaps. Carmen Parra asegura que la comunicación de este sector se ha dejado siempre en segundo término pero “es lo que más falta hace”. Muchas veces “las empresas utilizan la parte social como una ilusión para vender” y considera que esto es “una maliterpretació” de lo que debería ser la comunicación social. Se trata de una co-creación total entre empresa y entidad desde el momento en que ambos deciden colaborar, dice Parra, “y es así que se tiene que explicar”.
Carmen Parra asegura que el modelo de economía solidaria no es una apuesta de futuro sino “complementaria” de las diferentes formas de entender la economía. Así es como se lo transmite a sus alumnos a los que cada vez ve “más reivindicativos y con ganas de cambiar el mundo”. En la universidad, nos piden “herramientas para hacer este cambio”, son gente salida de la crisis que quiere hacer “voluntariado, invertir de forma responsable o guardar su dinero en bancos éticos”, dice Parra. “Intentamos darles herramientas para que sean ellos mismos quienes puedan gestionar estos intereses” y la directora de la cátedra cita la jornada co-organizada con Apuntes como ejemplo de los recursos ofrecidos.